miércoles, 8 de julio de 2015

Doctrina: Camino de retorno a la Vida o acta de muerte disfrazada de teología


Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto?  ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? (Marcos 1:27)

La doctrina de Jesús consistía tanto en enseñanzas como en acciones. Es un todo armónico que no cesa de asombrarnos. No obstante, la doctrina es todavía la gran incógnita en una ecuación sin resolverse. Y es que quizás pocas palabras han sido tan trilladas en la historia. Tanto la defensa como el ataque de sistemas doctrinales, han gestado pensamientos de sinigual profundidad, pero también crueles desmanes. Para la muestra, unos cuantos botones.

A modo de precedente, recordemos las doctrinas democráticas atenienses en el siglo IV a.C., que veían en la figura del filósofo Sócrates una amenaza. El desenlace fue radical: se le condenó al suicidio por envenenamiento. Siglos más tarde, en Palestina resonaba el rotundo mensaje de Jesús. El resultado fue fulminante: los judíos escandalizados ante esta “nueva doctrina”, optaron por planear su asesinato (Marcos 1:22-27; 3:6). Mil años después, Roma y Constantinopla, los mayores centros del cristianismo, discrepaban enardecidamente acerca de la procedencia del Espíritu Santo. Ambas se apresuraron a una salida fácil: Oficializaron su separación en 1054. Posteriormente, durante unos doscientos años (1095 - 1291), las doctrinas de soberanía de la iglesia romana conllevaron a la ignominia en nombre de la fe: unos cinco millones de musulmanes y cristianos fueron masacrados por la soberbia de las Cruzadas. Pero lo peor aún estaba por venir. Transcurridos seiscientos años, las semillas de odio étnico y social cosecharían en poco más de medio siglo (1915-1975) la aniquilación de 127 millones de vidas humanas. Esta fue la secuela de doctrinas político sociales en Congo, Alemania, Rusia, Estados Unidos y China. Pero el fenómeno no es algo del pasado: mientras leemos estas líneas, un infame grupo islamista sigue acumulando cifras estremecedoras de asesinatos en el nombre de sus doctrinas. 

La obligación al suicidio de Sócrates, la crucifixión de Jesús, la inquisición, la demencia de las cruzadas y los genocidios del siglo XX son muestras de atrocidades ejecutadas bajo el lema de la defensa de doctrinas de diversa índole. ¿Tiene sentido empeñarse en definir doctrinas que discriminen a quienes no piensan como nosotros?

 Por todo lo anterior, cabe cuestionar la validez de la tarea de articular doctrinas. ¿Para qué hacerlo, si el probable resultado es el desprecio hacia quienes no piensan como nosotros? Quizás la única respuesta que nos queda, es que el mérito de definir o actualizar pensamientos es directamente proporcional al modo en que estos elevan el valor de la existencia humana y la sostenibilidad del planeta. Se trata de una de las ineludibles responsabilidades éticas de especialistas en múltiples ramas del conocimiento, como la política, la biología o el derecho. ¿Por qué habría de ser distinto para los teólogos y ministros de culto? Las barbaries cometidas en el nombre de la religión deberían ilustrarnos y advertirnos en nuestra labor pastoral o docente. Hablar de doctrina, tiene que implicar también hablar del triunfo de la vida.

Tras siglos de aciertos y errores, el cristianismo puede repensar su labor de esgrimir doctrinas. Si estas coinciden con el respeto por la vida humana y no humana, son dignas de articularse y promoverse. Otro tanto debería ocurrir al interior de religiones universales como el Islam, notablemente caracterizada por su beligerante intolerancia.
 En consecuencia, hay que repensar el viejo concepto de doctrina como un rígido sistema de creencias en torno a una pretendida verdad absoluta. Es cuestión de coherencia con la historia antigua y reciente, en la cual Dios también se ha revelado. Si nuestros postulados corresponden a una concepción unilateral de la verdad, ciega a otros puntos de vista, el camino conduce reiteradamente al distanciamiento y a la muerte. Agustín decía que quienes no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error. No obstante, a diferencia de los tiempos del venerado teólogo africano, hoy día las amenazas para la vida se multiplican en grado exponencial. Tal como se advierte en Medio Oriente, quien pretende defender ofuscadamente la verdad desde su pequeña orilla, también desea activar un mecanismo electrónico para exterminar a sus adversarios, sin importarle nada más. La conspiración contra la vida (humana y no humana, si cabe tal distinción), se cierne pavorosamente cada vez que aparece un nuevo absolutismo, tal como el que estremecía al vidente de Patmos (Apocalipsis 13). 

Lo antedicho conlleva a la cuestión final: ¿Cómo configurar una nueva humanidad, donde Dios, el Corán, Jesucristo, Buda o Marx no se utilicen como torres para asesinar, real o figuradamente, en el nombre de una doctrina? Hemos de aceptar, casi sonrojándonos de vergüenza, que el Evangelio no es en sí mismo una revelación nueva, sino una reiteración de lo que había sido dicho desde antaño (Juan 5:39). Una remembranza profética pronunciada ante la humanidad endurecida y aferrada a formalismos vacíos de esperanza. Y por lo tanto, hemos de admitir que nuestra tarea consiste precisamente en evitar los vicios de los acusadores de Jesús. Éstos, atrincherados en minucias doctrinales que suplantaban lo inicialmente enseñado por Dios, amenazan la vida de sus propios padres y se oponen al clamor de los hambrientos (Marcos 7:1-23). De ahí se deduce que una ingeniosa doctrina religiosa que no conduzca a la dignificación de la existencia en sus dimensiones más sencillas y puras, es un acta de muerte disfrazada de argumento teológico. He aquí un buen indicio para hallar verdaderas doctrinas sanas.  

La relación entre formas de desequilibrio mental-anímico que conducen al asesinato y las doctrinas intolerantes de tipo religioso- político debería llamar nuestra atención como promotores de la fe cristiana en la actualidad. Nuestras doctrinas ¿Son dignificadoras de la vida o actas de muerte disfrazadas de argumento teológico?

 Seguimos a la espera de un talante más consistente con el mensaje de salvación y la urgencia de preservar la belleza de la existencia digna de todos los seres. La labor de esgrimir doctrinas aceptablemente sanas, como concluiría Calvino, incluye la provisión de ministros calificados y serios. En éstos, como en Jesús, la vida se abre camino mediante enseñanzas y acciones, o como se dice en teología, ortodoxia y ortopraxis.   

Nelson Lavado Prieto
Licenciado en Teología
Licenciado en Ciencias Bíblicas
Bogotá, Colombia

martes, 28 de abril de 2015

Gastar la vida en lo que no satisface


¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan,  y vuestro trabajo en lo que no sacia?  Oídme atentamente,  y comed del bien,  y se deleitará vuestra alma con grosura. (Isaías 55:2)



La codicia sigue acabando con la vida en Colombia y en América Latina. Específicamente la codicia del oro, el oro negro (petroleo, carbón), el oro verde (esmeraldas), el oro blanco (coca). Tanto las corporaciones como los explotadores particulares contaminan sistemáticamente las aguas, dejando estelas de erosión y muerte al paso del fracking, el envenenamiento con mercurio y glifosato, la deforestación, la rapiña de tierras y el desplazamiento forzado de sus moradores humanos y animales.

Sólo el bajo costo del petróleo en el mercado mundial, ha detenido temporalmente la demencial carrera de extraer petróleo y gas mediante la técnica del fracking, desperdiciando el agua y sometiendo a los ecosistemas a abusos grotescos. Las demandas de las comunidades locales y los grupos indígenas, han detenido sólo en parte la voracidad de las empresas de explotación de oro en los páramos y ríos. El afán de lucro de unos pocos, pone en riesgo la existencia de poblaciones enteras y sus generaciones.

"No podemos beber dinero", es una señal de protesta ante el desperdicio y la contaminación del agua ocasionados por la explotación de petróleo mediante la técnica del fracking en Estados Unidos. Imagen: comunidadism.es

La otra cara de la moneda está en la fastuosidad de los centros comerciales de las grandes ciudades del mundo. Allí exhiben sus destellos las vitrinas de las joyerías, donde las esmeraldas colombianas y diamantes de Zimbabwe completan el cuadro de belleza artificial. Lo propio ocurre en la infatigable labor de las industrias hambrientas de diesel, gasolina y carbón. Y ni qué decir del negocio de sustancias psicoactivas como la cocaina, cuya producción ilegal o persecución legal generan desastres ambientales todavía desconocidos, por cuenta de la destrucción de selvas y la fumigación con químicos.

Irónicamente, las riquezas acumuladas de estos rentables negocios llegan a muy pocas manos. Precisamente a las de aquéllos que tienen cómo pagar por agua pura, aire no contaminado y mansiones en sectores exclusivos, lejos de la miseria y la polución que generan.

Ante este panorama de sinsentidos y aberrantes injusticias, la voz de Dios sigue haciéndose escuchar. Pero no se dirige a los promotores de estas perversidades, rara vez dipuestos a detenerse. En lugar de eso, se encamina a sus "víctimas y clientes". La voz divina interpela con ingenuidad, llamando nuestra atención a lo que parece tan obvio. ¿Por qué desperdiciar la vida en lo que no nos otorga plenitud? ¿Por qué dar en usufructo nuestra existencia a cambio de narcóticos, lujos innecesarios y artículos contaminantes? Si la vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido (Mateo 6:25), ¿Por qué semejante desenfreno? La lógica divina a través del profeta, presenta ante nuestros ojos una ironía aterradora: Si quedamos exhaustos por adquirir lo que no es pan y no nos sacia, estamos condenados en el futuro a mendigar por aquello que sí nos satisface de veras, cuando lo necesario para vivir empiece a escasear.

Joyas, cocaína y autos lujosos: símbolos de la extravagancia, la decadencia y la ostentación, ocultan las desgarradoras historias de muerte, pobreza y daño ambiental que generan sus industrias. ¿Qué sentido tiene tanto despilfarro?, preguntaría escandalizado el profeta Isaías 
Para la muestra, un ejemplo patético al que nos hemos ido acostumbrando ¿Por qué pagar por agua pura (¿pura?) envasada en botellas de plástico (un contaminante más, derivado del petróleo), como si fuera un artículo al que sólo tienen derecho quienes la pueden costear, cuando en verdad el agua es un derecho de todos y todas? ¿A tal punto damos la razón a quienes envenenan nuestras fuentes, que tenemos que pagarles para que de paso nos dejen unas pocas reservas para existir?

Sorpredentemente en Colombia, uno de los más ricos en fuentes hídricas, ya no parece causar escándalo la propuesta de la multinacional Nestlé para que se privatice el acceso al preciado líquido, o que Coca Cola haga uso de fuentes subterráneas a precios irrisorios mientras cobra altos costos por el producto envasado. Imagen: http://www.telesurtv.net/  

Por todo lo anterior, los acuerdos mudos de complicidad con quienes envenenan nuestra agua, tierra y aire deben romperse. Consumir drogas no es sólo un acto inmoral de daño al cuerpo y la mente del individuo y su entorno social, sino una alianza con quienes talan árboles o contaminan agua para producir o destruir narcóticos. Quien adquiere joyas debería considerar el oscuro negocio que frecuentemente late detrás de cada producto terminado. Lo mismo debería asumir quien malgasta combustible o derivados del petróleo de los llanos orientales y el carbón de la Guajira.

Finalmente, sin llegar a odiosos extremos como el de satanizar per sé la producción o consumo de bienes y servicios, es todavía pertinente escuchar la voz de Dios a través del profeta, que nos inquieta acerca de por qué actuamos como actuamos. Pero que además nos insta a escucharle, para comer buenos alimentos y manjares deliciosos. Esto es, en últimas, de lo que se trata todo el asunto, es decir, que la vida de todos y todas es digna de disfrutarse.


Nelson Lavado
Comunidades Bíblicas Lectoras

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  Para saber más

Assman, H (1994). Las falacias religiosas del Mercado.
Boff, L. (2007). Derechos de la tierra.
Cangar, J. (2011). Riesgos ambientales del Fracking. http://www.comunidadism.es/blogs/riesgos-ambientales-del-fracking
Castillo, J.(2000). Escuchar lo que dicen los pobres a la iglesia
Fierro, J. (2011). Minería en los páramos: El agua vale más que el oro. http://www.razonpublica.com/index.php/econom%C3%ADa-y-sociedad/1917-mineria-en-los-paramos-el-agua-vale-mas-que-el-oro.html
Telesur,tv (2014). Nestlé pretende privatizar el agua. http://www.telesurtv.net/news/Nestle-pretende-privatizar-el-agua-20141105-0075.html
Wiener, C. (1980). Cuadernos Bíblicos 20 El Segundo Isaías

viernes, 30 de enero de 2015

¿Es el Islam el Anticristo? 

Comprender no significa aceptar

Caricatura, en la cual las mezquitas le dicen al templo cristiano "Creo que la iglesia en Alemania se ha integrado muy bien". Ante la fuerte presencia de islámicos en territorios milenariamente cristianos cabe preguntarse si el Islam llegó para quedarse, y si oprimirá a los cristianos tal como ocurre en algunas regiones del planeta. Imagen: Doris Made to Create.de 
Las recientes embestidas de los extremistas musulmanes en Oriente Medio y Europa, provocan que se plantee esta pregunta. ¿Es el Islam como cultura, religión y sociedad, enemigo de Cristo y de los Cristianos? Al respecto, el Anticristo u opositor de Cristo está delineado en la terminología bíblica y teológica cristiana como el enemigo acérrimo de la fe y opresor de los justos. Pero tratemos de analizar con calma cada aspecto implicado.

El Islam: Segunda Fuerza religiosa mundial

El Islam es la segunda religión con más seguidores en el mundo
Foto: Protestante Digital.com
Primero, es preciso reconocer que el Islam es hoy por hoy la segunda fuerza religiosa más grande del planeta (unos 1600 millones de seguidores), después del cristianismo (aproximadamente 2200 millones). Su creciente expansión es comparable con su menosprecio -por lo menos en teoría- hacia el judaísmo y el cristianismo. Lo islámicos aseguran que Moisés y Jesús sí eran enviados de Dios (Corán, Suras 2: 81; 130, 131; 3:85), pero que sus enseñanzas fueron pervertidas por los seguidores judíos y cristianos. Aseveran que el Islam posee la revelación divina más reciente y fiable, y que fuera de él no existe salvación posible. Pero más allá de esta actitud teológica, están las facciones islamistas (radicales) culpables de diversas formas de violencia contra grupos cristianos, judíos o ateos. Para una amplia mayoría de musulmanes, estos fanáticos practican desviaciones inaceptables de la esencia pacífica del Islam. No se debe negar que existen círculos islámicos “amistosos” con cristianos y judíos, pero sobre todo en regiones donde los adeptos al Islam no son mayoría.

El Anticristo y los anticristos: datos bíblicos

Para algunos eruditos, las iglesias alrededor del Evangelio y las epístolas de Juan sufrieron agudos conflictos originados en los "anticristos". Imagen: Devocionales Cristianos.org














Segundo, es relevante verificar que en la Biblia, las ideas asociadas al Anticristo y los anticristos tiene que ver con experiencias angustiosas en la Iglesia. El autor inspirado que emplea el término anticristo (gr. αντιχριστος) propiamente dicho, es el anciano escritor de las primeras dos epístolas de Juan. En ellas, la caracterización va tornándose gradualmente más oscura: los anticristos pasaron de ser antiguos miembros de la comunidad que se alejaron de ella (1 Juan 2:19), luego se volvieron apóstatas declarados de la fe en el Señor Jesucristo (1 Juan 2:22), y terminaron siendo odiosos contradictores que negaban abiertamente la existencia terrenal de Jesús (1 Juan 4:2,3; 2 Juan 1:6,7). El aire de conmoción que respiran las epístolas joánicas, brinda a los especialistas razones para suponer que las iglesias destinatarias de estos escritos sufrieron fuertes enfrentamientos y divisiones, a finales del siglo I. Las crisis estarían propiciadas entre otros factores, por la actividad de los anticristos, quizás de origen gnóstico. En adelante, los anticristos estarán asociados a ambientes de fuertes convulsiones políticas, sociales y religiosas que afectan a las iglesias.

Datos de la escatología

El Anticristo o La Bestia 666(primera parte)
Imágenes de "El Anticristo" documental de History Channel. Este personaje enigmático ha cautivado la imaginación de lectores de la Biblia quienes lo han identificado con diversos personajes de la historia
La escatología cristiana es la disciplina teológica especializada en el estudio de los eventos del futuro, según la Escritura. La escatología articula la figura de los anticristos de las epístolas joánicas, ampliándola con las descripciones del desolador (Daniel 9:26-27; Marcos 13:14), el hombre de pecado (2 Tesalonicenses 2:3-4) y la bestia (Apocalipsis 13). Algo que tienen en común todas estas facetas de los anticristos es su odio contra Dios, su pueblo y las cosas sagradas. Si pudiera hacerse una distinción de acuerdo a esta breve sistematización teológica, es que “anticristos” y “Anticristo” no son la misma cosa. Han existido y existen muchos anticristos, pero sólo existirá un Anticristo. Aquellos son opositores radicales, muchas veces antiguos miembros de la iglesias, los cuales se volvieron apóstatas y opresores de sus antiguos hermanos. Otras veces, son enemigos externos, quienes amenazan a las comunidades cristianas locales y desean su destrucción. Pero el Anticristo será un ser con un nivel mucho más intenso de perversidad, enfrentado directamente con Jesucristo y con el Pueblo de Dios a nivel global. No se trata de una personalidad presente, sino futura; su influencia ha estado en acción en el mundo, detenida temporalmente, y al final manifestará toda su iniquidad. Su derrota total ocurrirá en el futuro previo a la aparición del nuevo cielo y la tierra nueva. (Apocalipsis 19:20,21). En síntesis, los anticristos son presentes, locales y de corto alcance, en tanto que el Anticristo es futuro, global y de influencia muy notable.

Aunque algunos musulmanes se portan como anticristos, El Islam no es el Anticristo

Aunque el Islam no es el Anticristo, las acciones de muchos seguidores islámicos
sí los caracterizan como anticristos. Foto: M633
Hay que señalar algo categóricamente: Las actitudes represivas o violentas contra el Evangelio de Cristo o sus seguidores, sí caracterizan a los anticristos de todos los tiempos. Ha habido y existen anticristos entre extremistas paganos, musulmanes, comunistas, apóstatas del cristianismo, ateos y toda clase de enemigos de la fe. Si por su intolerancia o estrechez religiosa, organizaciones de musulmanes se dedican a perseguir o asesinar discípulos de Jesucristo, estos sí que deben considerarse anticristos. No por ser musulmanes, sino por oponerse injustamente a la causa del Evangelio (Romanos 1:16-18).

Sin embargo, ¿Podemos asignarle al Islam la identidad del Anticristo tal como lo articula la escatología cristiana? Nuestra respuesta es negativa. Ya habiendo hecho la distinción entre anticristos y Anticristo, no nos parece viable considerar al Islam el Anticristo, por cuatro razones básicas. Primera, desde el punto de vista bíblico, porque el Anticristo es una entidad personal, no un movimiento religioso como el Islam. Segunda, porque si bien el Islam no concede a Jesús la dignidad de Señor o Mesías, tampoco niega su encarnación o fidelidad a Dios. Tercera, porque el Islam, con todas las críticas que pueda hacérsele, no es de ningún modo una religión inmoral o enemiga de Dios. Finalmente, porque los cristianos hemos cometido notorios equívocos en asignarles a ciertos personajes de la historia, el título del Anticristo: Napoleón, Stalin, Hitler, Bin Laden, etc., olvidando que se trata de un personaje con las características mencionadas arriba.

En nuestro tiempo no es lo mismo Comprender que Aceptar


La paz entre las religiones no es lo mismo que la asimilación mutua o mezcla de credos. Es el respeto por las creencias ajenas y un resultado deseable tras siglos de errores y aprendizajes.
El Evangelio de Jesucristo ha tenido y tendrá adversarios en el mundo. Los opositores al Evangelio de Jesucristo o anticristos, no son el Anticristo, aunque su malvada influencia se percibe en ellos. Ante este hecho, mantenemos la certeza de la superioridad del Señor sobre las fuerzas opositoras (1 Juan 4:4), así como la esperanza en el cumplimiento de propósitos más elevados que los nuestros (Salmo 137:8). Nuestra convicción descansa en la fidelidad del Todopoderoso, quien trasciende los acontecimientos históricos, incluida la furia de los anticristos.

No obstante, rechazamos cualquier forma de violencia, más aún si está motivada por causas religiosas. En la época presente, es coherente exigir respeto por nuestra fe y valores cristianos. Al vivir la plenitud en Cristo y honrarle como Señor, promovemos un ambiente donde las diferencias no se resuelven con agresiones.

Finalmente a modo de conclusión, como indicó acertadamente el Papa Francisco, hay que evitar estereotipar al Islam de como algo negativo. En aras de superar conflictos centenarios, son precisos el diálogo y la convivencia pacífica. Como creyentes proclamamos el Evangelio de Jesucristo, pero recordamos que la salvación ofrecida en Él no es algo impuesto.

Vocabulario Básico

Los anticristos: en las epístolas de Juan, son personas presentes, que se oponen a la Persona y doctrina sobre Jesucristo. El punto culminante de la actividad de los anticristos será la oposición de la bestia en Apocalipsis 13.

El Anticristo: en los textos apocalípticos de Daniel, fracciones de Marcos y Mateo, fracciones de 1 y 2 Tesalonicenses y Apocalipsis, se refiere a un personaje futuro. Su extremada iniquidad es contenida en tiempos actuales, pero se desencadenará con toda su fuerza en el futuro. Se le identifica con el príncipe adversario (Daniel), el hombre de pecado (2 Tesalonicenses) y la primera bestia (Apocalipsis 13), que al final será destruida por Dios (Apocalipsis 19:20).

Islam: palabra que significa “sumisión” y se deriva de la palabra “paz” en árabe. Identifica a la religión promovida a partir del oficio profético de Mahoma, que actualmente alcanza unos 1500 millones de seguidores. No se trata de una religión monolítica, pues tiene distintas tendencias: suníes, chiíes y jariyíes.

Musulmán: Alguien que cree en el Islam o religión de Mahoma.

Islámico: Relacionado con el Islam como religión.

Islamista: Referente a los movimientos islámicos radicales. Algunos islámicos pacifistas no aceptan que se les llame islamistas.


Autores: Colectivo Noticias y Pensamientos Teológicos:
Juan Carlos Dávalos G.
Aljudeck Alex Flórez
Nelson Lavado P.
Julián Murcia P.

Investigación, redacción y presentación final: Nelson Lavado P.
Comunidades Bíblicas Lectoras 

https://www.facebook.com/groups/teologar/

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Para saber más



Alfonso, Eduardo. Historia Comparada de las Religiones. Burgos: 1943.
Brown, Raymond. La Comunidad del Discípulo Amado. Salamanca: Sígueme, 2002.
Buswell, J. O. (2005). Teología sistemática, tomo 4, Escatología. Miami: LOGOI, 2005.
El Universal. “Papa Aboga por evitar los estereotipos en el Islam”. http://www.eluniversal.com.mx/el-mundo/2015/papa-aboga-por-evitar-los-estereotipos-en-el-islam-1071389.html. Página consultada el 26 de Enero de 2015.
Gaudium Press. “El 84 % de la población mundial pertenece a alguna religión, según estudio sobre 230 países” http://es.gaudiumpress.org/content/42802-El-84---de-la-poblacion-mundial-pertenece-a-alguna-religion--segun-estudio-sobre-230-paises#ixzz3PxRQACFg . Página consultada el 26 de Enero de 2015.
Lacueva, Francisco. Curso de Formación Teológica Evangélica Tomo VI. Jesucristo. CLIE 1993.
Pentecost, Dwight. Eventos del Porvernir. Miami: Vida, 1989.
Ryrie, Charles. Teologı́a Básica. Miami: Editorial Unilit, 2003.
Servicios Koinonía. “Panorama de las religiones del mundo 1910-2010” http://servicioskoinonia.org/agenda/archivo/obra.php?ncodigo=707 . Página consultada el 26 de Enero de 2015.




martes, 6 de enero de 2015

Avanzando hacia el Pasado

La verdad detrás de la apariencia






¿Qué pasa cuando los ciertos avances de las congregaciones son en realidad un regreso a errores cometidos en la historia?
Juan Tetzel, fue enviado en representación del Papa León X, quien a su vez necesitaba financiar la culminación de la Basílica de San Pedro. Para ello, expidió una Indulgencia especial, portada por Tetzel, quien llegaba a los pueblos deprimidos de Alemania con el siguiente eslogan

“Cuando la moneda suena en la caja,
el alma sale fuera del purgatorio”

Y fue justamente esta actividad la que encendió la ira de Lutero y una de las razones que desencadenó la reforma protestante.

Alfred Molina interpretando a Juan Tetzel en la película “Lutero” (2003) Foto: sohmer.net

Muchas instituciones eclesiásticas hoy en día proclaman avance y extensión. Pareciera que avanzaran de cara al futuro. Pero si miramos sus entrañas, tal vez veamos que en lugar de avanzar están retrocediendo hacia el siglo XVI. En esa época, la iglesia estaba empeñada en grandes catedrales y proyectos titánicos. El Vaticano proclamaba un imparable desarrollo institucional, mostrándose cada día más fuerte y sólida, pero con una pobreza espiritual que se ocultaba tras la pompa de sus templos. La historia ha confirmado que tal esplendor y solidez era sólo una fachada para el profundo estancamiento espiritual del que posteriormente trataría de sacudirse la Iglesia de Roma mediante dos Concilios. 

Al examinar la condición actual de numerosas instituciones eclesiásticas herederas de la Reforma, podríamos detectar el mismo fenómeno. Están repitiendo la historia al actuar de la misma manera que Roma. Levantan grandes templos y organizan impresionantes eventos; multitudes se aglomeran en una poderosa organización. Pero el interior presenta el mismo estancamiento espiritual del siglo XVI.

Vista de la Basílica de San Pedro, en Roma. La promulgación de las indulgencias para obtener la gran cantidad de recursos que demandaba su construcción, ocasionó el descontento que generó la Reforma en el siglo XVI. Foto: prensalatina.com

Por todo lo anterior vale la pena plantear algunos interrogantes. El panorama quizás nos muestre lo grandes que somos y a la vez lo pobres que estamos (Apocalipsis 3:17).

·         ¿Qué tan cierto y verídico es el publicitado avance, cuando vemos que las iglesias invierten tanto dinero en concreto y en mercadeo? ¿Estaremos atesorando en el Reino de Dios o fortaleciendo “Vaticanos” privados?
·         ¿Qué tan enfocados están nuestros proyectos y visiones, cuando se ven espectaculares montajes de miles de dólares y grandes congresos, pero que trascienden poco en el tiempo? Muchas veces se trata de tendencias pasajeras que despiertan todo tipo de emociones. Es un espectáculo de humo en un desierto espiritual evidente en nuestra sociedad.
·         ¿Qué tan medibles son los resultados espirituales cuando solo se evidencian el avance de una organización por los números y las cuantías? Si se mira con detenimiento, se evidencian rigidez, burocracia y un profundo “narcisismo” por parte de líderes obsesionados en la forma más que en el fondo y en promover su imagen más que la de Jesús.
·         ¿Cuánta presión existe hoy en ciertas organizaciones religiosas que buscan una inexistente perfección y aparente santidad a tal punto que sus líderes terminan cayendo por el abismo que produce la soledad?

Cada día vemos grandes instituciones eclesiásticas que hoy se tornan tan parecidas al vaticano del siglo XVI: enfocadas en mostrar resultados en lo material y no en lo espiritual; rígidas e inflexibles; sin misericordia y desconociendo la gracia y el fundamento del amor; sin memoria eclesiástica ni fidelidad a la vocación; captando recursos para construir mega auditorios (al mejor estilo de las catedrales del siglo XVI); expertas en mercadeo de ministerios y no en sanar almas; preocupados por quedar bien en las fotos de las webs o de los libros; enfermas de una palabra estéril y predicaciones insípidas; a cambio de ofrendas y pactos, ofrecen todo tipo de bendiciones materiales dejando fuera de contexto a la palabra de Dios.

Todo para promover un avance, que en realidad es un retroceso. Se nos anima a mirar hacia el futuro, pero al final del día quedamos de pie, en la plaza gris de la Alemania de siglo XVI, donde por unas monedas se promocionaba una gracia barata. ¿Necesitaremos otra Reforma?

Pastor Alex Flórez
Comunidades Bíblicas


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viernes, 2 de enero de 2015

El Papa Evangélico alerta sobre 15 enfermedades del Liderazgo

“Si ves a un hombre bueno, trata de imitarlo, si ves a un hombre malo examínate a ti mismo” Confucio


A pocos meses de su segundo año de pontificado, el Papa Francisco se ha propuesto actuar sobre asuntos sustanciales para la catolicidad: clérigos pederastas, casos de corrupción en el Vaticano, ostentación de bienes entre sacerdotes, la situación de los divorciados y los homosexuales, entre otros. Recientemente, confrontó a la curia romana respecto a quince enfermedades que acechan a la Curia Vaticana. 

Francisco recientemente diagnosticó 15 males latentes en el liderazgo de Roma

Valiente y ejemplar, considerando que se trata de movilizar una pesada rueda institucional. Algo que a los cristianos de otras vertientes nos cuesta comprender, a sabiendas de que un simple cambio de local en nuestra congregación suele significar un esfuerzo de años.

También resulta oportuno (y tal vez oportunista), admitir que las mismas problemáticas y flagelos nos afectan a los evangélicos, pentecostales y carismáticos de América Latina. Esto no nos exime de reconocer a tantos valiosos ministros dignos, cuyos ejemplos nos inspiran a imitarlos a ellos y a Cristo a través de ellos (1 Corintios 11:1). Pero vale la pena responder con honestidad a la inquietud que nos genera Francisco, aunque no reconozcamos su autoridad sobre nuestra fe. Para empezar a realizar el acercamiento con coherencia, vayamos por partes.

La palabra griega "exousía" del Nuevo Testamento es traducida como "autoridad". El asunto de la autoridad en la Iglesia causó dos fuertes divisiones en su historia, una en el siglo XI y la otra en el siglo XVI

 

Autoridad en la Iglesia Católico Romana

El Obispo de Roma es reconocido por la Iglesia Católica como su máxima autoridad delegada por Cristo. Foto: lavanguardia.com

Debemos indicar qué desempeña, representa e implica la figura del Papa en el mundo católico. Según el Derecho Canónico, el Obispo de Roma es la autoridad plena y suprema sobre la Iglesia. El texto citado (Artículos 331-334), afirma que esta autoridad le viene conferida por Cristo, a quien sustituye en la tierra. Las implicaciones apuntan a que el Papa es el encargado de comunicar el contenido de la Revelación transmitida por los apóstoles, contenida en la Escritura y obedecida por la Iglesia.

 

Autoridad en las iglesias provenientes de la Reforma

Los cinco lemas de las Iglesias Reformadas concedieron una autoridad especial a la Biblia "Sola Scriptura"
Luego miremos hacia esta orilla. Quienes nos consideramos herederos de la Reforma y los movimientos evangelicalistas, reconocemos como máximas autoridades de la Iglesia a las Sagradas Escrituras (autoridad normativa), a Cristo (autoridad gubernamental) y al Espíritu Santo (autoridad vicaria). Las doctrinas de los reformadores se resumen en cinco pilares doctrinales: Sola Escritura, Sola Fe, Sola Gracia, Solo Cristo y Solo la Gloria para Dios. Esta definición le confiere un lugar preponderante a la Biblia como autoridad de la Iglesia, fuente de la Revelación, así como norma de fe y conducta.

 

¿Un Papa Católico y un Papa Evangélico?

Según Hans Küng los católicos tienen un Papa de carne y hueso; los evangélicos, por su parte, un Papa de Papel

Para continuar con este ejercicio y según lo reflexionado, es viable admitir dos clases de Papas. Ya el teólogo Hans Küng afirmaba que mientras cada católico tiene un Papa dirigiendo desde el Vaticano, cada evangélico tiene un Papa en su propia casa. El Papa católico es de carne y hueso, cuyo nombre es Francisco o Jorge Bergoglio, como nos sintamos más cómodos. El evangélico es un Papa “de papel”: Reina Valera, Nueva Versión Internacional o La Biblia de las Américas, con la que nos sintamos más a gusto. Ambos, en su contexto operan como la máxima autoridad, y es deber de cada cristiano, atender a la voz de la autoridad correspondiente.

 

Quince Enfermedades al acecho


Y si resulta que Francisco, la máxima autoridad de la Iglesia Católica, habla de quince males que acechan a la alta jerarquía católica, ¿Qué dicen las Escrituras, la máxima autoridad de las Iglesias Evangélicas al respecto? La siguiente tabla plantea los textos bíblicos que pueden exhibir las mismas amenazas en el contexto del ministerio cristiano.
Otras citas bíblicas en el Antiguo y Nuevo Testamento, quedan a consideración de lectores y lectoras. Al leer la Escritura con sencillez, encontramos que las recientes exhortaciones de Francisco retumbaban desde hace milenios en las páginas de la Biblia. En ella se revela cómo el pueblo de Dios ha sufrido estos y otros males. Hoy, en formas diversas, es preciso enderezar el camino ante la codicia descarada de algunos predicadores; la altivez de quienes quieren encumbrarse para dominar, asumiendo títulos nuevos y resonantes; la indiferencia hacia quienes sufren; la conformación de clubes cerrados de “ungidos”; la descalificación de los otros, utilizando la calumnia o la murmuración; la instrumentalización de preciosas vidas humanas para alcanzar fines corporativos con apariencia de “obra de Dios”; la demanda de costosos sacrificios personales para satisfacerlos; la pérdida de sensibilidad espiritual por excesiva familiaridad con lo sagrado. La lista queda también a consideración de lectores y lectoras.

 

Unidad, libertad, caridad

Agustín de Hipona (siglo IV) enseñó una máxima útil: Debemos esforzarnos en mantener “la unidad en lo necesario, la libertad en lo discutible y la caridad en todos”. En aras de la unidad, quizás debamos replantear la obediencia ciega e irreflexiva a un Papa de Papel (Biblicismo), o a un Papa humano (Papismo). En aras de la libertad, tal vez tengamos que oponernos a dictaduras y abusos de poder. En aras de la caridad, posiblemente tengamos mucho que meditar antes de convertirnos en jueces de nuestros hermanos y líderes. Pero es coherente con el Evangelio esperar que Jesucristo nos ilumine aún en momentos de aridez e incertidumbre; animarnos en la fe y edificarnos como Cuerpo de Cristo (1 Tesalonicenses 5:11); advertir las amenazas reales o potenciales que puedan llegar a enfermarnos. Tal como lo hace Francisco, y como podemos hacerlo nosotros, desde la Escritura.


Lic. Nelson Lavado
Comunidades Bíblicas
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Para saber más

Aciprensa. Estas son las 15 enfermedades de la Curia Vaticana, diagnosticadas por el Papa Francisco.  https://www.aciprensa.com/noticias/estas-son-las-15-enfermedades-de-la-curia-vaticana-diagnosticadas-por-el-papa-francisco-64748/
Eltiempo.com. El Papa recuerda a sacerdotes la pobreza, fidelidad y obediencia.  http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13845455
Hughes, Philip. Síntesis de Historia de la Iglesia. Barcelona: Herder, 1981.
Küng, Hans. Teología para la Postmodernidad. Madrid: Alianza Editorial, 1998.
Infobae. Vuelven a elegir al Papa Francisco como Hombre del Año.  http://www.infobae.com/2014/12/28/1617665-vuelven-elegir-al-papa-francisco-como-hombre-del-ano
Juan Pablo II. Código de Derecho Canónico. Roma: 1983.
Lacueva, Francisco. La Iglesia, Cuerpo de Cristo. Barcelona: CLIE, 1988.
Piedra, Arturo. Hacia dónde va el protestantismo: Herencia y prospectivas en América Latina. Buenos Aires: Editorial Kairós, 2003
Semana.com. Quince enfermedades que acechan a la Curia romana.  http://www.semana.com/nacion/articulo/enfermedades-que-acechan-la-curia-romana/413099-3