viernes, 15 de marzo de 2013

Latinoamérica: ¿”Invitada de honor” a dirigir la Iglesia Católica?

 

Punto de Partida: La elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio como Nuevo Papa

El papa es el argentino Jorge Bergoglio - Se convierte en el primer jesuita y americano en sentarse en la silla de Pedro - El arzobispo de Buenos Aires, de 76 años, ejercerá su pontificado bajo el nombre de Francisco - El cónclave necesitó cinco votaciones.

Un papa que sonríe, que da las buenas tardes, que hace una broma apenas unos minutos después de recibir sobre sus hombros el peso entero de una Iglesia lastimada, que pide la bendición antes de darla, que es jesuita como tantos otros que consiguieron hacer caminar de la mano la fe y el conocimiento, que vivía en un apartamento en vez de en un palacio cardenalicio y se montaba en el transporte público para ir a confortar a los enfermos y a los pobres, un papa que hace ocho años pudo serlo y dijo que pase de mí este cáliz, un papa que viene del nuevo mundo, que tiene cara de buena persona y que elige el sencillo nombre de Francisco es una oportunidad a la esperanza. (El País, España)
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Reacción

Hace unas semanas, el sastre colombiano Luis Abel Delgado había recibido el encargo del Vaticano de confeccionar tres mitras de diferentes medidas y ajuares "para hombres altos" y de origen europeo, en lugar del papa Benedicto XVI, quien renunció el 28 de Febrero tras ocho años de papado.[1] Por otro lado, el portavoz del Vaticano había revelado que Benedicto XVI ama los zapatos marrones que artesanos de León le regalaron en su visita a México, en marzo de 2012[2]. Para quienes se habían resignado a una larga sucesión de papas de procedencia europea, la idea de un pontífice latino era muy poco probable. Las preguntas giraban en torno a si los latinoamericanos más próximos a la investidura papal serían un hábil sastre colombiano y un puñado de artesanos mexicanos; si, por otro lado, la institución católica seguiría siendo dirigida de espaldas a la gran mayoría de fieles católicos en el mundo, unos casi 500 millones presentes en América Latina[3]; si, finalmente, ya era algo inevitable la apatía hacia el surgimiento de líderes latinoamericanos en la Iglesia Católica, como la historia lo había mostrado a lo largo casi cinco siglos.

Pero la sorpresa invadió a miles de millones de católicos por todo el mundo, al escucharse el nombre del Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, como el sucesor de Benedicto XVI. El nombre escogido por él fue Francisco, quizás a causa de la admiración del ex arzobispo de Buenos Aires por Francisco de Asís, uno de los hombres más santos y compasivos de toda la historia de la Iglesia.[4] Podría ser así, pues como se ha indicado insistentemente, el estilo de vida del nuevo Papa es sencillo e independiente del poder.[5]
 
Es posible que la Iglesia Católica esté al fin en firme proceso de aplicar sustancialmente la modernización emprendida desde los años sesenta, durante un acontecimiento que generó grandes expectativas: El Concilio Vaticano II (1962-1965). En él se reunieron jerarcas y teólogos de la Iglesia Católica, e incluso invitados de otras Iglesias, se marcaron propósitos de franca renovación en cuanto a la inclusión de todos los creyentes dentro del concepto de Iglesia como Pueblo de Dios[6], el retorno a la Biblia[7] y la censura a los excesos del culto a María[8].

Es asimismo probable que Latinoamérica empiece a ser más decisiva en el rumbo de la catolicidad en el mundo, tal como ha ocurrido con las Congregaciones Reformadas, Evangélicas y Pentecostales. América Latina es reconocida como la región con mayor número de católicos en el mundo. En innumerables ocasiones Juan Pablo II y Benedicto XVI reconocieron la importancia “estratégica” de la feligresía católica en países como México y Brasil. Sin embargo, aún la realidad no parece hacer mucha justicia a tales aseveraciones[9]. Más allá de la polémica sobre la legitimidad del Obispo en Roma como cabeza visible de toda la Iglesia, que separó a la Iglesia Oriental de la Occidental en el siglo XI y a la Iglesia Reformada de la Romana en el siglo XVI[10], es tiempo de constatar la importancia real que tiene Latinoamérica en el gobierno de la Iglesia Católica. Precisamente ahora, que se ha elegido un Papa suramericano. El espacio y la atención de nuestros lectores no alcanzan para explicar cómo también la piedad católica latinoamericana y sus propuestas teológicas han sido vistas con recelo y hasta desprecio por parte de las altas jerarquías en el Vaticano. Esperemos que esto empiece a superarse, aunque sea un poco.

Un par de datos históricos: Los papas habían sido invariablemente de origen europeo desde el siglo VIII, y casi todos italianos. En la historia de los papas apenas ocho fueron asiáticos: entre los cuales está el propio apóstol Pedro, primero en la tradición de la sucesión apostólica, seguido por Evaristo, Teodoro, Aniceto, Juan V, Sisinio, Constantino y Gergorio III, el último de los papas asiáticos desde el siglo VIII. Sólo dos papas fueron africanos: Melquiades y Gelasio durante los siglos IV y V.[11] Obviamente no había existido ningún papa americano, hasta este año.


[1] Diario El Mundo http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/01/internacional/1362118691.html. Consultado el 1° de Marzo de 2013.
[2] Diario Excelsior. http://www.excelsior.com.mx/global/2013/02/26/886166. Consultado el 26 de Febrero de 2013.
[4] Jesse Hurlbut. La Historia de la Iglesia Cristiana. Miami: Vida., pág. 120.
[6] Samuel Vila. ¿Se renueva la Iglesia Católico Romana?. Barcelona: CLIE., pág. 197.
[7] Pontificia Comisión Bíblica. Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Quito: Publicaciones Claretianas., pág. 28.
[8] Hans Küng. Ser Cristiano. Madrid: Trotta., pág. 492.
[9] Heribert Smolinsky. Historia de la Iglesia Moderna. Barcelona: Herder., pág. 234.
[10] Philip Hughes. Síntesis de Historia de la Iglesia. Barcelona: Herder., págs. 126ss, 203ss.
[11] Justo González. Historia del Cristianismo. Tomo I. Miami: Unilit., 1994., págs. 234ss.